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Vik, Cañon Fjaorargljufur, Svartifoss y Laguna Jokulsarlon





Publicado
02/10/2017




 Hoy como los días anteriores a las 9h estamos sentados en el coche y volvemos al camino que tomamos ayer para ver los acantilados de Dyrholaey, pero esta vez, en el punto de la carretera de ayer 218, donde nos encontramos el camino de grava nos desviamos y vamos por él. Es un camino muy inclinado y con baches que termina en una gran explanada donde está el faro.


Aquí el viento era horrible, tal que ¡ las fotos salían movidas!. El recorrido consiste en rodear el faro viendo las vistas de la playa y el acantilado, pero como no queríamos salir volando lo hicimos rápido y volvemos al coche para retomar la carretera n.1 dirección VIk que está a pocos kilómetros.


  Una vez en Vik, lo primero es parar en un supermercado para abastecernos. ¡Despues de la compra, más las maletas de 5 personas, llevamos el coche que no cabe ni un alfiler!.
  Tras encajarlo todo en el coche seguimos las indicaciones hacia la playa donde hay un parking para dejar el coche, bajamos unas escaleras y ya estábamos rodeados de arena volcánica negra con vista a los Trolls.


Cañón Fjaorargljufur



Siguiendo por la carretera n.1 pasamos por Eldhraun una zona de musgo esponjoso que nos impresionó más de lo que esperábamos. Son kilómetros y kilómetros de capas de musgo que forman un paisaje único.
  Tomamos la salida 206 dirección al cañón, son unos 3,5 km de tierra hasta llegar al parking donde dejamos el coche y empezamos el recorrido. El camino recorre el lateral del cañón y es de aproximadamente 2 km sin dificultad. El entorno es precioso y al llegar al final tienes una panorámica de todo el cañón.


Parque Skaftafell

Siguiendo por la carretera 1 sale a la derecha la carretera 998 Skaftafellvegur, siguiéndola hasta el final llegamos al parking del parque, pero OJO ¡,a medio camino la 998 se bifurca en dos carreteras, hay que seguir por la de la derecha, no lo vimos bien indicado.
  Una vez aparcados hay baños, zona de acámpada y un centro de visitantes donde te explican las distintas rutas. Las más populares son las que van al glaciar Skaftafell y la que llega a la cascada Svartifoss.
  Las dos no podíamos hacerlas ya que para un niño resultaban durillas y se nos había hecho un poco tarde, así que nos decidimos por Svartifoss, porque glaciares habíamos visto en otros destinos.
  El recorrido son unos 3,5 km ida y vuelta, los de ida son durillos porque es todo el tiempo ascendiendo y  se nos hicieron muy largos. Cuando ya la divisamos de lejos,  el resto de la familia decidieron darse la vuelta, estaban agotados, mi marido y yo seguimos hasta que la tuvimos enfrente, ¡ no podíamos dejarlo a medias!.


  El camino total fueron unas dos horas ya que el tramo que hizo mi peque fue a ritmo muy lento. Lo que hace más especial a esta cascada son las columnas de basalto que la rodean. Dicen que este paisaje sirvió de inspiración para la construcción de la catedral de Reikiavik.
  Cuando llegamos mi marido y yo de nuevo al centro de visitantes, el resto del grupo ya estaba ¡frescos como una rosa!
Laguna Jokulsarlon

  Retomamos la carretera n.1. Durante el camino vamos viendo a mano izquierda las distintas lenguas del glaciar Skaftafell, son espectaculares, además se va notando que la temperatura va bajando. Como no habíamos visto el glaciar, al menos queríamos parar para acercarnos a algunas de sus lenguas. Cuando vimos una a la que podíamos acceder con lugar para aparcar nos paramos. ¡Pero fue solo un momento porque hacía un frío que pela!.


  Seguimos la ruta y a mano izquierda nos encontramos la Laguna Jokulsarlon en todo su explendor. Aparcamos el coche en el parking que hay junto a la laguna y por primera vez tuvimos que ponernos los abrigos.


  Jokulsarlon es el mayor lago glacial de Islandia con una superficie de 18 km2 que está lleno de iceberg de distintos tamaños y de una belleza especial. Cuando llegamos el cielo estaba nublado y la luz que se iba filtrando entre las nubes hacía que a cada momento la laguna cambiara de tonalidad, algunos iceberg se movían navegando por la laguna, y alguna foca asomaba de vez en cuando la cabeza. Todo un espectáculo.
  Existe la posibilidad de dar un paseo en barco anfibio por la laguna (de Mayo a Septiembre), que dura entre 30/40minutos, y el precio eran 44 euros, pero no lo realizamos porque con el viento frío que había en ese momento no nos apetecía mucho.
  Al otro lado de la carretera se encuentra la playa donde encontramos trozos que se han desprendido de los icebergs y han quedado varados en la orilla, algunos de tamaño considerable.
  Ya visto este espectáculo de la naturaleza salimos camino a nuestro alojamiento para esta noche que estaba a 10 min en coche. Para saber más sobre alojamientos aquí