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Recorrido por Cabo de Gata, Almería. Parte I


Publicado
07/01/2019




 El día de hoy va a comenzar con un contundente desayuno en nuestro alojamiento llamado El Jardín de los Sueños, un hotel rural situado en Rodalquilar, con unas vistas preciosas y bien ubicado para recorrer toda la zona de Cabo de Gata en nuestro coche particular. Aunque ya estamos cerca del mes de Octubre, todavía los días son bastante calurosos.



 Sobre las 10.30h ponemos rumbo a nuestro primer destino del día, la Casa de los Volcanes y las antiguas minas de oro de Rodalquilar, a un par de kilómetros de distancia de nuestro alojamiento.


Casa de los volcanes
 La Casa de los Volcanes se encuentra ubicada en un antiguo edificio que estaba dedicado a la explotación de oro, y hoy día sirve para informarnos un poco sobre la zona.

 En su interior vemos cuatro salas, una que nos habla de la actividad geotérmica y como ha influido en el paisaje de Cabo de Gata, otra con paneles explicativos sobre cómo se crearon las minas, la tercera, que nos pareció la más interesante, se encuentra presidida por una gran maqueta de la zona de las minas tal y como eran en la época de la fiebre del oro en Cabo de Gata, y más concretamente en Rodalquilar. La cuarta y última sala es la proyección de un vídeo informativo que no vimos porque queríamos dedicar el tiempo a ver otras cosas que nos ofrece Cabo de Gata.



 También se encuentran expuestos algunos documentos de la época donde se muestran las bajas que hubo por muerte, enfermedad, registro de materiales… La entrada es gratuita


Minas de Oro de Rodalquilar
  Desde la Casa de los Volcanes ya podemos ver algo de la zona de las minas que se encuentran a tan solo 150 metros.
  Seguimos por la carretera y llega un momento en que se convierte en un carril de tierra en muy mal estado. No quisimos arriesgarnos a destrozar el coche y lo dejamos aparcado al inicio del carril, desde allí nos dirigimos a pie hasta la parte más alta donde se tienen las siguientes vistas.


  Las minas de Rodalquilar se trata de un complejo minero abandonado y en ruinas, tan solo lo vimos a cierta distancia porque parece que se va a derrumbar en cualquier momento. Pero incluso así, se aprecia la importancia que tuvieron para Rodalquilar y para todo Cabo de Gata estas minas de las que no solo se extrajo oro, también amatista, plata o aluminio entre otros.
  En esta zona no hay sombra, por lo que si se visita en pleno verano habrá que protegerse del sol.


 Cuando hicimos nuestras fotos, nos montamos en nuestro coche para dirigirnos al siguiente punto que estaba a unos 50 minutos de distancia.


Mirador Punta de los Muertos
 Haciendo uso del GPS llegamos sin problema al Mirador de la Playa de los Muertos, una de las más famosas de Cabo de Gata. Según nos cuentan, su nombre se debe a la cantidad de fallecidos en los naufragios que llegaban a esta playa debido a las corrientes.

  Se encuentra bien señalizada y con un gran parking para estacionar el coche. A la entrada del parking vemos un cartel en el que indica que el precio por estacionar es de 4€, pero no había nadie para cobrar, supongo que por ser temporada baja. Aquí encontramos, además de un camino que da a la playa, un punto de información sobre todo el Parque Natural Cabo de Gata-Nijar, y el comienzo del sendero que da hasta el mirador de unos 300 metros.





 Nosotros nos limitamos a ver las vistas de la playa desde el mirador, desde donde se tiene una buena perspectiva.
  Después de tremendas vistas nos dirigimos hasta el siguiente punto a visitar en el Cabo de Gata, la Cala del Plomo.


Cala del Plomo
  Volvemos sobre nuestros pasos por la misma carretera que nos ha traído a la Playa de los Muertos, dirección a Agua Amarga. En esta carretera seguimos hasta que, a la altura del Camping el Molino, nos encontramos la indicación hacia la Cala del Plomo, que nos lleva durante 7 kilómetros por un carril en muy malas condiciones y que se nos hicieron un poco pesados. No sé si en época de verano estará en mejores condiciones.
  Dejamos el coche aparcado a unos 100 metros de la playa, así que tenemos que andar poco.
  Una vez que llegamos a la playa, con algunas piedras pero aguas cristalinas, nos fuimos al lado izquierdo donde vimos unas formaciones de la roca de gran belleza.



  Aquí nos hicimos nuestras fotos y estuvimos un rato disfrutando del paraje, pero decidimos que era hora de irnos a comer. Queríamos llegar a Las Negras y comer en algunos de sus restaurantes.


Las Negras
 Se trata de un pueblo bastante turístico del Parque Natural de Cabo de Gata, de casitas blancas y ambiente pesquero.

  Como llegamos bastante tarde, ya eran las 15.30h, lo primero que hicimos fue localizar donde comer. Yo llevaba apuntado la Bodeguilla para tapear, y el restaurante La Sal para tomar una fideua, ambos situados en el paseo marítimo y a pocos pasos uno de otro.
  Finalmente nos decantamos por la fideua del restaurante La Sal, que en la planta de arriba tiene una gran terraza con vistas al mar y la fideua estaba deliciosa.


 Después del almuerzo paseamos un poco por la zona del paseo, viendo al fondo una gran formación rocosa llamada El Cerro Negro, con aspecto de lengua de lava, que nos da una idea como era el Parque Natural de Cabo de Gata.




 Para finalizar la visita que se recorre rápidamente a pie, llegamos hasta el molino que se ve desde cualquier parte del pueblo y que es el punto de información de la zona. Justo al lado hay una heladería donde hicimos otro alto para tomar un helado.
 Creo que ya hemos comido demasiado, ¿nos vamos al siguiente punto del día ?

Playa El Arco
 Esta playa se encuentra ubicada en Los Escullos y se puede llegar hasta ella en coche. Lo más característico de ella es su espectacular duna fósil situada en su margen derecho, la mayor del Parque Natural Cabo de Gata, siendo muy fotografiada sobre todo al atardecer.


Mirador de la Amatista
  Este mirador se encuentra a tan solo un par de kilómetros de Rodalquilar, donde se encuentra nuestro alojamiento. Era una buena manera de acabar el día con estas bonitas vistas acompañadas de los colores del cielo al despedirse del sol. Y lo más impresionante, es que estábamos solos….¡que más se puede pedir!


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