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Chenonceau. Visita al castillo de las Damas

Publicado
29/10/2022
 Seguimos nuestro recorrido por los castillos más impresionantes del Valle del Loira francés, y hoy nos toca uno de los más turísticos, el Castillo Chenonceau. Al ser uno de los más visitados y encontrándonos en pleno agosto, decidimos visitarlo a primera hora de la mañana para así evitar las multitudes.

 Nosotros nos encontramos en Azay-le-Rideau, donde anoche visitamos su bello castillo cuya información tenéis disponible en nuestro blog. Para llegar al Castillo de Chenonceau, nos tocará hacer algo más de 50 km. Al llegar aparcamos nuestra autocaravana en el parking gratuito que hay junto al castillo.

 Para ver este castillo, aunque solo sea por fuera, es necesario pagar entrada ya que se encuentra en un recinto privado cerrado al que solo se puede acceder con el ticket de entrada. Nosotros, para ahorrarnos las colas que se forman para comprar la entrada, lo hicimos con antelación en el siguiente enlace.


Historia del castillo
 El castillo de Chenonceau se sitúa en el centro del Valle del Loira, construido sobre el río Cher, y es conocido como el Castillo de las Damas por las mujeres que lo habitaron, las cuales tuvieron muchísima relevancia en la historia de Francia. La primera de estas damas, sobre el año 1513, fue Katherine Briçonnet, quien mandó derribar una antigua fortaleza conservando solo la torre homenaje para hacer un palacete de estilo veneciano. A partir de aquí, el castillo de Chenonceau va pasando por diferentes damas que influyen de una manera u otra en el edificio.

 Algunas de estas damas como Diana de Poitiers le diseñó los jardines y el puente sobre el río Cher, haciendo que tuviera una arquitectura única en el mundo. Catherine Médicis creó la galería de doble piso donde se realizaban las mejores fiestas de la época. Luisa de Lorena estuvo retirada en el castillo después de la muerte de su marido Enrique III. Y también pasaron por aquí Louise de Dupin o Marguerite Pelouze.
 En visitar el castillo de Chenonceau tardamos unas 2 horas y media en total, tanto el interior como los jardines. En el lugar que se venden los tickets, podemos coger un folleto con el itinerario recomendado en español. Entre todas las estancias nosotros destacaríamos las siguientes;

Capilla
 Empezamos a ver los interiores del castillo y una de las primeras estancias es la capilla. Un interior blanco inmaculado que contrasta con el colorido de sus vidrieras del siglo XX, ya que las originales fueron destruidas en un bombardeo en 1944.
 En esta capilla era donde las reinas asistían a misa desde la tribuna real.

Aposento de Diana de Poitiers
 Este fue el aposento de una de las damas que comentamos al principio que dirigió por un tiempo Chenonceau. Diana de Poitiers era la favorita del rey Enrique II, quien le donó este castillo.
 Lo que más nos llama la atención de estos aposentos, además de los tapices de sus paredes o la cama con baldaquín, es la preciosa chimenea del escultor francés Jean Goujon.

Galería
 Desde los aposentos de Diana hay un pasadizo que nos lleva a una gran galería construida sobre el puente.
 Esta bella galería fue mandada construir por otra de las damas, Catalina Médicis, que quería tener un lugar en el castillo para dar sus suntuosos bailes. Quien pudiera viajar en el tiempo para asistir a uno de esos bailes en estas galerías de más de 60 m de largo, y 6 m de ancho adornadas con dos grandes chimeneas renacentistas.

Cocinas
 Si hay un lugar en especial que me gusta visitar de los castillos son sus cocinas y las de Chenonceau no iban a ser la excepción. Aquí nos encontramos una chimenea del siglo XVI que es la mayor de todo el castillo.
 Las cocinas están formadas por varias salas y en cada sala departamentos como el de repostería, con infinidad de moldes para hacer pasteles, la carnicería donde vemos el material para descuartizar la carne, la despensa, el horno...

Salón de Luis XIV
 El 14 de julio de 1650, Luis XIV visitó Chenonceau, y en recuerdo de su visita, tiempo después regaló al castillo su retrato con el espectacular marco.
Aposento de las 5 reinas
 Se llama así en recuerdo a las dos hijas y las tres nueras de Catalina de Médicis.
 Todas las paredes se encuentran recubiertas de tapices de Flandes del siglo XVI. En el mobiliario vemos una cama de baldaquín, dos butacas y dos mesas renacentistas y un baúl de viaje.

Aposento de Catalina Médicis
 Otra de las estancias que destaca por los tapices de Flandes del siglo XVI que adornan sus paredes, donde se muestra la vida de Sansón. Además impresiona el techo de madera pintada, la cama típica del Renacimiento junto con la decorada chimenea.
 Algo que nos está gustando mucho de este castillo son los centros de flores que adornan las estancias, algunos de ellos son verdaderas obras de arte.
 Después de ver el interior del castillo de Chenonceau, nos toca recorrer sus jardines, desde los cuales vamos a tener unas de las vistas más bonitas del castillo.

Jardín de Diana de Poitiers
 La estructura de este jardín sigue tal cual lo creó una de las damas de Chenonceau, Diana de Poitieres. Está formado ocho triángulos de césped totalmente decorados.
 Junto a este jardín hay unas terrazas en alto para admirarlo mejor y desde donde se obtiene, para mi gusto, las mejores fotos con el castillo de Chenonceau de fondo. Si desde el jardín nos acercamos hasta orillas del río Cher, podemos ver la típica imagen del castillo sobre el agua.
Jardín de Catalina de Médicis
 Este jardín nos da una imagen de Chenonceau desde otra perspectiva totalmente diferente.
 Este jardín es casi la mitad más pequeño que el anterior, por lo que puede resultar más acogedor. Está formado por cinco paneles de césped que se encuentran alrededor de un bonito estanque central.
 Existen otros jardines como el Jardín Verde, el Jardín Russel Page, e incluso un laberinto donde pasar horas disfrutando del ambiente.

Hospital Militar
 La Primera Guerra Mundial llegó hasta el castillo de Chenonceau, instalándose en las dos galerías del castillo un hospital militar.
 Aquí fueron atendidos más de 2.000 heridos, y como homenaje a esta época encontramos una sala dedicada a ello en el edificio de los Dômes, un edificio construido por Catalina Médicis, anexo al castillo.

Botica de la Reina
 También en el edificio Dômes nos encontramos una sala museo que recrea la botica de la Reina, donde se expone una colección excepcional de enseres antiguos de botica, como morteros, vasijas, pastilleros...
Galería de los carruajes
 Llegamos hasta los antiguos establos donde se exponen algunos carruajes de la época, tanto los que pertenecían a la nobleza, como los que se usaban en el ámbito rural.
Granja
 Para terminar el recorrido por el castillo de Chenonceau nos dirigimos a la zona de la granja, un conjunto de edificios y cuadras del siglo XVI de gran belleza.
 Junto a la granja se encuentra el huerto de las flores que recibe el nombre de Jardín Musical donde vemos flores de lo más curiosas y coloridas, algunas de ellas no las habíamos visto en nuestra vida. Junto al jardín también vemos una zona con asnos donde los niños disfrutan viendo como juegan entre ellos.
 Hasta aquí nuestra visita al castillo de Chenonceau que nos ha llevado prácticamente toda la mañana, pero si eres de los que vas sin prisa y quieres disfrutarlo más aún, decirte que también este castillo cuenta con bodegas de prestigiosos vinos donde puedes hacer una cata. O puedes comer o tomar el té en el Restaurante L'Orangerie, que según leímos, cuenta con un chef con estrellas Michelin. O si llevas tu propia comida, también puedes disfrutar de un picnic en mesas de madera entre árboles en una zona acondicionada para ello.
 Desde luego es que Chenonceau es un castillo de esos que no te puedes perder en cualquier recorrido por el Valle del Loira.



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