Ir al contenido principal

visita de Eguisheim


Publicado
10/07/2019


 El vuelo Málaga/Basilea partió puntual a las 10.15 h de la mañana, tras dos horas y veinte minutos de vuelo ya estábamos pisando el aeropuerto de Basilea-Mulhouse-Friburgo.
  Llega el momento de dirigirnos a por nuestro compañero de viaje en los próximos tres días, el Opel Corsa que hemos alquilado. (Más información en preparación del viaje).
  Llegamos muy contentos al mostrador de la compañía pero... cuando nos miran la reserva nos dicen que hasta las 14,30h, que era la hora que habíamos puesto de recogida, no nos podían dar el coche. Ufff! ¡hora y media perdida en un aeropuerto!, ¡no me lo podía creer¡, así que nos relajamos y nos pusimos a almorzar. Al menos la espera compensó en que nos dieron un modelo superior, un Ford Focus.
  Tras este percance, pusimos el GPS con dirección a Eguisheim, el primer pueblo alsaciano de nuestra ruta.


Eguisheim
 Tras unos 35 minutos llegamos a nuestro destino. A la entrada de Eguisheim, a la izquierda, hay un parking donde puedes dejar el coche por 3€, pero tened en cuenta que solo admite monedas, así que es conveniente llevar cambio.
  Una vez que sales del parking te encuentras un mapa gigante de Eguisheim, donde vemos que se trata de un pueblo formado por calles circulares estando marcada la ruta recomendada para disfrutar de la ciudad. Pero si seguís unos pocos pasos, a mano derecha, os encontráis la oficina de turismo donde podéis obtener este mismo mapa en varios idiomas. 
 La ruta recomendada consiste en ver primero la calle exterior, e ir girando hasta llegar a la plaza y su mercado navideño.
  Eso lo teníamos claro, pero cuando comenzamos a adentrarnos, ver gente, oler a canela, crepes y ver que el bullicio se dirigía hacia el mercado navideño….¡nos dejamos envolver y allá que nos fuimos!
  Estábamos alucinando con todo lo que veíamos, ya de por sí Eguisheim es un sitio encantador, pero con todos aquellos adornos de Navidad parecía que estábamos dentro de un cuento.
  Llegamos hasta Saint-León Square donde, mientras hacíamos nuestras fotitos, ¡comenzó a nevar!, era la guinda del pastel para que la magia fuera total. Los niños gritaban de alegría, nosotros súper felices, eso sí, duró apenas unos 15 minutos, pero nosotros ya nos dábamos por satisfechos. 
Plaza Saint León
 Justo al lado de la plaza Saint-León nos encontramos con un mercadillo navideño, nuestro primer mercadillo de Alsacia. Allí, después de ver cada puestecito, degustamos el vino caliente.
  Este vino tenía un precio de 2,50€ más 1€ de depósito del vaso. Si devolvías el vaso, ese euro te lo daban o podías optar por quedártelo. Casi todo el mundo se lo quedaba porque son monísimos como recuerdo. 
 Ya con el cuerpo más calentito por el vino no se notaban los 2 grados de temperatura que teníamos en Eguisheim, así que comenzamos a dar la vuelta por la zona más exterior. Cada rincón de estas callejuelas, con esas bonitas casas con entramados de madera que salen en las postales, hacen que el paseo sea muy ameno, además, como estaba empezando a anochecer y se veía más intensa la iluminación navideña le daba un toque especial.  
 Lo último que nos quedaba era la iglesia de Saint-Pierre y Saint Paul, que la verdad nos resultó más bonita por fuera que por dentro.
 Bastante satisfechos con lo vivido en esta primera visita en  Alsacia, pusimos rumbo a nuestro próximo destino, Turckheim, a unos ocho kilómetros de distancia, donde teníamos nuestro alojamiento para esta noche (más información en preparativos del viaje).



Siguiente día