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Museo de Historia Natural. Día 6


Publicado
5/03/2018

 Cada vez nos íbamos levantando más tarde y es que el cansancio acumulado se iba notando, hoy salimos sobre las 9,15 h del hotel ya desayunados a tomar el metro dirección el Museo de Historia Natural. El horario es de 10h a 17.45h.
  A la entrada, en la taquilla hay un cartel con los precios, pero este museo, como la mayoría en Nueva York, son “"Pay as you wish”, lo que quiere decir, la voluntad. Nosotros dimos 25$ y pedimos 5 entradas, en ningún momento nos dijeron nada. Una vez sacada las entradas tuvimos que esperar que faltaban 5 min para que abrieran, éramos los primeros…. Jaja.
 Este museo es ideal para niños y mayores, sobre todo si se han visto anteriormente la película “Noche en el Museo” ya que les sonaran muchos de los rincones, sobre todo el dinosaurio que nos recibe en el hall de la entrada principal.

El museo es gigantesco así que nosotros hicimos una selección de las que nos resultaban más interesantes visitar;

 -La biodiversidad, con los animales disecados y un ambiente muy conseguido .piso 1.

 -Sala de los meteoritos donde hay uno de verdad. piso 1.

 -Milstein hall, de la vida del océano, donde hay una ballena a
 tamaño real. piso 1.

 -Animales de África y Asia. piso 2.

 -Pueblos de África y Asia. piso 2.

 -Teatro Big ban. piso 2.

 -Dinosaurios, esqueletos en dimensiones reales. piso 4.
 El día que nosotros fuimos había muchas excursiones de escolares así que al entrar nos fuimos directamente al piso 4 a ver los dinosaurios y ya de ahí ir bajando, es decir, hacer el recorrido al contrario de las excursiones, así conseguimos estar un poco más tranquilos en las salas.
 A las 14,30 h dimos por terminada la visita, era hora de ir a comer. Si ayer queríamos probar una de las mejores hamburguesas de Nueva York, hoy tocaba uno de los mejores Hot-Dog y el sitio recomendado era Gray’s Papaya, (en Broadway con la calle 72). En la puerta de entrada hay una foto del ex-presidente Obama comiéndose un hot -dog. Este local es famoso por sus perritos y sus batidos de frutas, sobre todo el de papaya y es muy económico.
  En mi opinión los perritos eran más bien normalitos, los batidos sí que estaban bastante buenos, probamos el de papaya y piña colada. No hay sitio para sentarse, tan solo una pequeña barra donde apoyarse y el local es bastante pequeño.

  Después del almuerzo nos dirigimos a Central Park para ver el castillo Belvere ya que estaba cerca del museo.
 La idea era ir bajando por el parque porque el día que estuvimos nos quedaron cosas por ver, pero el cuerpo y mi niña nos pedía un descanso así que, tuvimos que acortar la ruta. Una vez visto el castillo, tomamos la parada de metro y nos bajamos en Columbus Circle, donde se encuentra la estatua de Colón con el dedo apuntando hacia bajo, indicando que ya ha llegado a las Américas, y además, es el punto de referencia para tomar distancias dentro de Nueva York. Ya cerca del hotel subimos para descansar un poco y recargar pilas.




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