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Castillo de Hielo de Kemi y Partida del Rompehielos Sampo

Publicado
1/06/2020
 Hoy toca volver a coger el coche para dirigirnos hasta la población de Kemi, a unos 119 kilómetros de Rovaniemi, y donde se encuentra, según dicen, el castillo de hielo más grande del mundo.

  Estamos teniendo mucha suerte con el tiempo, y es que el día, como está sucediendo en todos los que llevamos en Laponia, está totalmente despejado, y la temperatura de hoy es sobre los -14º.

  Las carreteras están despejadas porque lleva algunos días sin nevar, además de que las máquinas quitanieves están haciendo su trabajo, incluso nos encontramos con alguna por el camino.

 El recorrido es precioso, todo se ve blanco a nuestro alrededor, los árboles congelados y atravesamos algún lago totalmente helado en estas fechas.


Rompehielos Sampo
 Llegamos a Kemi tras 1 hora y media aproximadamente de camino, pero antes de ir al castillo de hielo, vamos a acercarnos hasta el llamado Puerto de Ajos (Ajoksentine, 748), a unos 11 km de Kemi, para ver partir el Sampo, o también conocido como el "Rompehielos".

  El Rompehielos Sampo es un antiguo buque que comenzó a funcionar a principios de los años sesenta, cuya misión era abrir los helados mares de Finlandia para los barcos que se dedicaban al comercio. Hoy día ya está jubilado pero sigue funcionando como atracción turística, rompiendo el hielo de los mares y haciendo pequeños cruceros (3-4 horas) para los turistas que visitan Laponia.

 Según habíamos visto en su web, para hoy tiene previsto el Rompehielos Sampo salidas a las 13:00 y 17:00. Nosotros no vamos a realizar el crucero porque se nos va bastante de presupuesto, nuestra intención es verlo partir, observar como rompe el hielo y se adentra en un mar totalmente congelado.

  Son las doce cuando hemos llegado al puerto donde lo único que hay es una pequeña caseta para comprar los billetes para el crucero.

  La chica de información nos comenta que este crucero consiste en la visita del buque, donde nos explican el funcionamiento del rompehielos, navegar atravesando el mar helado, tomar un almuerzo a bordo y bañarnos con unos trajes térmicos especiales en el congelado mar Báltico.

  La verdad es que la actividad suena muy bien y tiene que ser toda una experiencia, pero por más que hicimos cuentas, se salía de nuestro presupuesto (Desde 470€ x persona, dependiendo del tipo de crucero y duración).

  Falta una hora para que salga el crucero y la verdad es que hay poco que hacer aquí mientras se espera. Como os dijimos anteriormente, solo hay una caseta con calefacción en la que estamos un rato aprovechando el calorcito hasta que la chica nos dice que nos tenemos que salir porque la va a cerrar, ya que se han vendido los billetes.

  Un poco antes de las 13h ya se escuchan los motores del Sampo, y con toda la tripulación abordo diciéndonos adiós con la mano, y es que somos los únicos locos que estamos en el muelle para verlo partir, comienza abrirse paso muy lentamente por las gélidas aguas del Báltico.

 Cerca del muelle ya el hielo está roto, pero conforme se va alejando, se oye el crujido cada vez más intenso, quedándose en medio de una masa de aguas blancas y heladas.

 Ya visto partir el Rompehielos Sampo decidimos que es buen momento para ir a almorzar antes de la visita al castillo de hielo de Kemi. Para ello buscamos en internet algo rápido y vamos a una hamburguesería que se encuentra en una especie de centro comercial abierto.

Castillo de hielo de Kemi
  Sobre las 15:00h llegamos al amplio aparcamiento gratuito del complejo del hotel de hielo de Kemi. Seguimos las indicaciones hasta a recepción que se encuentra situada en un edificio principal donde se compran las entradas. Aquí ya vemos una pantalla donde se suceden imágenes de como ha sido las construcción del castillo.

  Las entradas incluyen la visita al castillo de hielo y a lo que llaman SnowExperience365, que se trata de una zona ubicada también en el edificio principal, justo enfrente de donde hemos comprado las entradas, y donde podemos ver esculturas hechas en hielo y alguna que otra sorpresa más.

 El horario del castillo de 10:00 a 18:00 h.

Precios año 2020
Adulto Niño
(4 a 11 años)
Familiar,
(2 adultos,hasta
dos niños)
29 euros 17,50 euros 65 euros
Niños menores de 4 años gratis

 Lo primero que vamos a visitar es el castillo de hielo propiamente dicho, ya que cierra a las 18:00h, mientras que SnowExperience365 tiene un horario más amplio, por lo que lo vamos a dejar para ultimo lugar.

  En cuanto salimos del edificio principal, ya en el exterior, lo primero que nos encontramos es un gran montículo de nieve desde donde los niños se pueden tirar con unos neumáticos que hay disponibles para ellos. Para mi hija, que no está muy acostumbrada a ver nieve, y mucho menos jugar con ella, le resulta muy divertido.

 Tras resbalarnos varias veces por el "tobogán" de invierno, entramos ya a lo que es el castillo de hielo. Aunque desde fuera, más que un castillo parece un iglú gigante.

 El castillo de hielo de Kemi es construido todos los años desde 1996 y cada año abre sus puertas en el mes de enero con un tema diferente, titulándose este 2020 como "mirada al futuro". Es posible venir solo de visita como estamos haciendo nosotros, o para pasar la noche en algunas de sus espectaculares habitaciones de hielo, comer en su restaurante, e incluso casarse en su capilla helada.

  En lo que es la recepción, ya vemos todas las paredes talladas con figuras de robots donde se aprecia el gran trabajo que hay detrás de la construcción de este castillo. El nivel de detalles es increíble, y el diseño de lo más curioso.

 En el interior del castillo hace una temperatura de unos -5º para mantener toda esta estructura intacta y que no se derrita, pero como en el exterior hoy tenemos -14º, pues la verdad es que en el interior no estamos notando mucho frío.

  La primera habitación que encontramos es una pequeña capilla donde, como os dijimos anteriormente, puedes celebrar tu boda, pero una boda con pocos invitados porque no es muy grande. Tiene que ser curioso asistir a un enlace en un lugar como este.

 Llegamos al restaurante que es el espacio más grande de este castillo y para nosotros la zona más impresionante. Es una sala redonda y abovedada con absolutamente todos los huecos de la pared adornados con esculturas y todo lujo de detalles.


 Hay varias mesas de hielo y los asientos son trozos de tronco de madera recubierto con piel de reno.
  Se puede reservar un almuerzo o cena a base de productos locales de Laponia aunque no estés alojado, incluso puedes solo tomarte una copa en su correspondiente vaso de hielo para quitarte el gusanillo de vivir esta helada experiencia.

  En un lateral del restaurante hay una especie de reservado para poder comer de forma más íntima en familia o entre amigos.

 Y por último visitamos las habitaciones, donde puedes pasar una noche de lo más original, o como nosotros que preferimos dormir más calentitos, limitarse a venir solo de visita.

  Hay habitaciones sencillas, dobles y para familias, todas ellas con camas de hielo y diferentes unas de otras, a cada cual más original.

 Para dormir en estas habitaciones el hotel proporciona un saco de dormir especial térmico, además de contar con las pieles de animales que harán que te aísles del frío.

 El castillo lo visitamos casi en soledad todo el tiempo, solo nos cruzamos con otra familia que como nosotros, están haciéndose fotos en estas habitaciones tan originales.

  Ya visitado el castillo salimos al exterior donde vemos que ya está cayendo el sol. Justo al lado hay un inmenso lago donde vamos a cumplir otro de los propósitos que tenemos en este viaje, el de andar sobre un lago totalmente helado.

 A orillas del lago hay unos alojamientos que también pertenecen al complejo del castillo. Son unos compartimentos rectangulares acristalados desde donde tiene que ser toda una experiencia pasar la noche viendo el cielo estrellado, y si hay suerte, la aurora boreal.

  El atardecer que estamos presenciando es precioso, merece la pena quedarse un rato sentados en la nieve viendo este espectáculo de luz, algo que nos está impresionando de Laponia, y es que no esperábamos ver atardeceres tan bonitos.

  Ahora toca la visita a la zona SnowExperience365 para lo que tenemos que entrar nuevamente en el edificio principal. Esta zona se encuentra en una habitación en la que da la sensación que entras a una cámara frigorífica. En su interior nos encontramos un castillo de hielo típico de cuento, con una gran torre de la que se baja mediante un tobogán completamente helado.

 La zona es pequeñita pero muy coqueta, llamando mucho la atención el castillo, las esculturas de hielo y los detalles como el trono de la reina en el que no pudimos resistirnos a hacernos alguna que otra foto.


 Por lo que vimos, también es posible tomarte algo en el bar de hielo mientras nos niños juegan a resbalarse por el tobogán una y otra vez.

 Nosotros después de aproximadamente una hora jugando a los reinos helados, y hacernos fotos por todos sus rincones, decidimos que ya es hora de volver a casa. Hoy es nuestra última noche aquí en Laponia.

  Es una noche de hacer balance de nuestro viaje que no podía habernos gustado más, y de contar anécdotas junto a la ventana de nuestra casa lapona viendo la nieve de los árboles.

  Pero nos había quedado una cosa pendiente, la aurora boreal. ¿Nos íbamos a ir sin verla?

  Pues os digo que no. A las 23:30h me suena un mensaje en el móvil con la aplicación que os conté en el artículo de preparación del viaje, (Auroraalert.fi), de que había actividad solar y que era probable ver auroras. Así que nos pusimos en la ventana mirando hacia el norte y aparecieron, no con la intensidad que nos hubiera gustado, pero allí estaban para despedirnos en nuestra última noche en Laponia. El broche de oro perfecto para despedirnos de este destino.

  Mañana el tren de vuelta, Santa Claus Express, no sale de Rovaniemi con destino a Helsinki hasta las 18h, así que intentaremos ir por nuestra cuenta a visitar una granja de renos. ¿Habrá suerte? En el próximo capítulo os lo contamos.