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Benirrás, Salada y Saladeta, de cala en cala por Ibiza

Publicado
01/09/2021
  Hoy nos levantamos temprano, como viene siendo habitual en este viaje que estamos haciendo por Ibiza en temporada súper alta (julio), porque nos espera un día bastante completito en la isla. En nuestro planing tenemos programado visitar un mercadillo hippie, tan típicos en Ibiza, y tres calas bastante populares como son Benirrás, Salada y Saladeta, por lo tanto, cogemos energía que empezamos.

Mercado hippie Punta Arabí
 Una de las actividades que todo el mundo recomienda cuando se viaja a Ibiza es visitar algunos de sus mercadillos hippies. Por lo tanto, cuando organizamos el viaje a Ibiza, uno de los días sabíamos que lo teníamos que dedicar a visitar alguno de sus famosos mercados. Claro, que igual que nosotros piensan la mayoría de turistas, por lo que en temporada alta suelen ser muy muy concurridos.
 Existen muchos mercadillos que merecen la pena una visita, prácticamente en cada pueblo encontramos algún tipo de mercado de más o menos dimensiones. Algunos de ellos son el Mercado de las Dalias que suele ser el más popular, Mercado de Punta Arabí el más antiguo de la isla, Mercado Sant Jordi, Mercado San Juan....

  Nosotros nos decidimos por el Mercadillo de Punta Arabí o también conocido como Es Canar, que se celebra cada miércoles, y que nos queda muy cerca de nuestro alojamiento, tanto, que incluso podemos ir a pie. Justo frente de la entrada principal al mercadillo hay una gran explanada donde se puede aparcar por 4€ el día.
 Nos recomendaron visitar este mercadillo no más tarde de las 11:00 h porque suele llenarse bastante. Nosotros llegamos poco después de las 10:00h y ya estaba llenísimo. Además, todavía con el COVID tan presente, nos daba cosa meternos en este tipo de multitudes.
 Aquí no sólo vemos largas calles llenas de puestos de ropa, artesanía, bisutería y mil cosas más, también podemos picotear algo en sus bares o food truck, e incluso disfrutar de música en directo. Nosotros sin embargo, aguantamos poco tiempo en esta zona tan animada de Ibiza, precisamente por eso, por estar demasiado concurrido y por el calor que allí se respiraba. Decidimos dirigirnos al siguiente punto del día, donde disfrutar de más tranquilidad y de las cristalinas aguas de Ibiza.

Cala Benirrás
 Ahora nos vamos hasta el norte de Ibiza para conocer una cala bastante famosa en la isla, sobre todo los domingos a la caída del sol, ya que es aquí, en cala Benirrás, donde el último día de la semana se dan cita muchas personas a la llamada fiesta de los tambores. Algo antes de comenzar la caída del sol, son muchas las personas que vienen hasta Cala Benirrás para disfrutar de esa esencia hippie que Ibiza aún conserva. Unos tocan los timbales mientras otros bailan, todo esto mientras disfrutan de una de las mejores puestas de sol de la isla.

  Pero nosotros cuando la vistamos ni es domingo, ni es a la caída del sol, y es que, en este recorrido que estamos haciendo por Ibiza, preferimos ambientes más tranquilos.

  Cala Benirrás se encuentra al norte de Ibiza, a unos 10 minutos en coche desde San Miguel, y suele ser una cala bastante tranquila si evitamos visitarla en domingo. Además cuenta con bastante zona de aparcamiento gratuito.
  Desde el primer fin de semana de junio hasta el primero de octubre, la carretera a Benirrás cierra cada domingo desde las 15:30 a las 22:30 debido a la gran afluencia de público que viene hasta aquí para disfrutar de la fiesta de los tambores. Esos domingos suele haber un servicio especial de autobús que, con una frecuencia de 15min, conecta la playa con el parking.

 Cuando llegamos a Cala Benirrás no tuvimos problema de aparcamiento, incluso llegamos a aparcar a pocos metros del comienzo de la playa. Esta cala tiene todo los servicios como hamacas, sombrillas, y algunos bares y restaurante. Para nosotros, que íbamos con nuestra toalla de playa, nos resultó un poco incómoda ya que no cuenta con arena fina, sino arena gruesa y chinos.

  Cala Benirrás se encuentra encajonada entre montañas y un bosque de pinos, formada por aguas de color verde esmeralda, y con unas casetas de pescadores en los extremos que crean un entorno de lo más pintoresco.
 Aquí estuvimos en remojo un par de horas disfrutando de las cálidas aguas de Benirrás y de las vistas tan bonitas que hay desde su orilla. Pero en Ibiza hay muchas calas bonitas para ver, así que decidimos que era hora de conocer otro rincón de la isla.

Cala Salada y Cala Saladeta
 Ahora nos toca dirigirnos a unos 4 kilómetros al norte de Sant Antoni donde vamos a visitar dos calas muy próximas una a la otra, dos calas vecinas y separadas entre sí por un macizo rocoso, pero que se puede recorrer perfectamente a pie para disfrutar de estos dos maravillosos rincones ibicencos.

  Para llegar con nuestro coche ponemos en el GPS "Cala Salada", ya que va a ser ésta la más accesible para llegar en nuestro vehículo. A Cala Saladeta solo vamos a poder acceder a pie a través de un sendero que atraviesa una zona rocosa que une estas dos calas.

  Nosotros llegamos a Cala Salada ya bien entrada la tarde, sobre las 18:30h, y no tuvimos problemas para aparcar el coche. Cuando nos vamos acercando a la playa, nos encontramos un pequeño parking gratuito que cuenta con una escalera que da acceso a la playa. Según leímos, para ir a esta cala hay que tener en cuenta que suelen cerrar la carretera de 9:30 a 17:30h en temporada alta (de principios de Junio hasta mediados de octubre ), así que os aconsejamos que si vais a visitar Cala Saladeta en este horario durante los meses de verano, toméis el autobús de línea 34, que empieza en San Antoni y que nos llevará a Cala Salada sin problemas. Esta línea tiene una frecuencia de salida de 30 minutos.

  Y llegamos a Cala Saladeta, un lugar muy popular en Ibiza y que esperábamos que estuviera masificado pero nos llevamos una grata sorpresa al ver que no es así. No sabemos si es por la hora o por la situación del COVID, pero el ambiente es de lo más agradable.
 Esta cala, de unos 200m de largo, se encuentra equipada con hamacas, sombrillas, aseos...y al fondo, un restaurante cuyo nombre no podía ser otro que Restaurante Cala Salada, donde podemos deleitarnos con un buen arroz o un plato de pescado fresco de la zona.

  Aquí el color del agua es impresionante, y el paisaje, todo rodeado de bosque, nos encanta. Lo malo para nuestro gusto, es que extiendes la toalla sobre arena y grava, sin embargo, habíamos leído que la vecina Cala Saladeta es de arena fina, por lo tanto decidimos irnos con todos los bártulos dirección a Saladeta.

  Cuando llegamos a la orilla de Cala Salada, justo a la derecha veremos una formación rocosa por donde discurre una especie de camino, sin mucha dificultad, que va bordeando el mar hasta llegar a la vecina cala Saladeta. Recorriendo este sendero tendremos una bonita panorámica de Cala Salada, a nuestra espalda, y a los pocos minutos, Cala Saladeta a nuestro frente.
 Cuando llegamos a Cala Saladeta nos damos cuenta de que, si Cala Salada tenía un ambiente más familiar, su vecina se caracteriza por un ambiente de gente joven. Quizás porque el acceso es más incómodo, o porque a esta hora de la tarde ya da prácticamente la sombra, encontramos una cala muy animada, pero sin agobios para lo que nos esperábamos ahora en el mes de julio.
 Cala Saladeta, mucho más pequeña que Cala Salada, y sin contar con servicios como hamacas o restaurantes, es un pequeño paraíso que nos dejó cautivados al momento. El agua cristalina, el paisaje que la rodea, las casas de pescadores, todo hace que sea un lugar idílico.
 Aquí termina con muy buen sabor de boca nuestro recorrido por algunas de las mejores calas de Ibiza, una isla que nos ha sorprendido ya que nunca la teníamos en nuestra lista de destinos familiares y finalmente nos ha encantado. Esperamos que os haya gustado nuestro diario de viaje por Ibiza y recordaros que en el botón de más abajo tenéis el viaje completo. ¿Te animas a viajar a Ibiza?



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