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Día 1. Sasbachwalden, uno de los Pueblos más Bonitos de la Selva Negra

Publicado
4/11/2019
 Sasbachwalden fue el primer pueblo que visitamos en nuestra ruta por la Selva Negra y uno de los que más nos gustaron. Se trata de un pueblo de tan solo 2.500 habitantes, rodeado de viñedos, casitas con entramado de madera que parecen sacadas de un cuento, y calles que invitan a perderte a pie por ellas, aunque tengas que subir alguna que otra cuesta.

  Después de haber pasado seis días recorriendo la Selva Negra, pensamos que Sasbachwalden es una visita imprescindible que debe estar en cualquier recorrido por la zona.

  Llegamos a Sasbachwalden de noche y en autocaravana, y la primera imagen de las casas iluminadas que parecen sacadas de un poblado navideño, ya nos enamoró.

  A pocos metros de la entrada, justo a la altura de la cooperativa vinícola "Alde Gott", nos encontramos la señal que nos indica el parking de autocaravanas a mano derecha, justo detrás de la cooperativa.
 El precio son 7€/día, cuenta con baños y wifi gratuito, enganche de luz que funciona con monedas, y carga y descarga de aguas por 1€. Os recomendamos llevar monedas porque solo admite el importe justo y no pudimos usar ni visa ni MasterCard. El ticket del pago del parking, si lo llevamos a la oficina de turismo, nos dan de forma gratuita la tarjeta Konus, una tarjeta que dura lo mismo que nuestra estadía en el parking, y con la que podemos usar de forma gratuita el transporte público y la piscina de pueblo.
  Aquí una foto de la zona ya con la luz del día.

 La oficina de turismo de Sasbachwalden se encuentra en el lado opuesto del pueblo del lugar donde nosotros estamos estacionados. Pero al ser un pueblo tan pequeñito, siguiendo la calle principal se llega en menos de 10 minutos. Así que me he levantado temprano, y mientras el resto de la familia duerme, me voy a acercar a la oficina por algo de información de la ruta.

  La oficina de turismo me deja perpleja. Como puede ser que un pueblo tan pequeño tenga una oficina de turismo taaaan grande... Aunque vayáis fuera del horario laboral, el edificio lo mantienen abierto y podéis haceros con mapas y rutas de la zona, ¡y eso es lo que hice!. Cogí una ruta para realizar por Sasbachwalden y otra por los alrededores, y explicada en español, ¡así da gusto!.

Oficina de Turismo de Sasbachwalden
  Después de esta caminata llego nuevamente a la autocaravana, para poner en pie a mi familia y desayunar, y comenzar la ruta por Sasbachwalden, de aproximadamente 1h de duración. 

  Como os dijimos anteriormente, nuestro parking de autocaravanas está al lado de la cooperativa de vino Alde Gott, por lo tanto es el primer edificio que nos encontramos en nuestra ruta.

 Se realizan visitas guiadas por su interior que podéis reservar allí mismo. Nosotros nos conformamos con ver su tienda llena de vinos de uva autóctona de la zona, famosos en toda Alemania.

  Bajamos por la carretera principal unos 150 metros para fotografiarnos con las letras que dan la bienvenida a Sasbachwalden, que por la noche ni siquiera nos habíamos percatado de su existencia. Hasta las letras me parecieron bonitas, tan cuidadas y todo tan verde, y es que nosotros no estamos acostumbrados a tanto verde.

 Seguimos el camino marcado en el mapa de la oficina de turismo por la carretera principal, pero esta vez cuesta arriba. No podemos dejar de impresionarnos por las fachadas tan bien conservadas de las casas, unas casas de cuento rodeadas de árboles, flores y viñedos que transmiten tanta paz y tranquilidad....Hasta las paradas de autobús tienen mucho encanto, pareciendo pequeñas casitas.



 Nos sentimos en un cuento de hadas. Lo único que afea un poco, son los coches aparcados en las calles, pero claro, en algún lado tendrán que aparcar sus habitantes.

 En el camino nos topamos con este puesto de fruta, donde tú coges lo que te apetezca, miras en la lista de precios, y pones el dinero en una cajita. ¿Creéis que este método en España duraría mucho? Nosotros creemos que no.

 Así, entre expresiones como ¡mira allí¡ ¡qué bonito¡ o ¡espectacular!....llegamos hasta una pequeña plaza con un precioso hotel que tenía una terracita ideal para tomar un tentempié

  Cruzamos esta plaza y tomamos una calle aún más empinada (Bachmatt), que nos va a llevar a la parte alta donde tenemos unas estupendas vistas de los viñedos con Sasbachwalden al fondo. Desde aquí no paramos de tirar fotos y es que es un lugar para quedarte un buen rato admirando el paisaje.




 Continuamos por el borde de los viñedos y empezamos a entrever la iglesia de Sasbachwalden, y justo al lado se encuentra el ayuntamiento.


 Ya empieza a apretar el calor bastante, y como estábamos cerca de la oficina de turismo, decidimos canjear el ticket del parking por la tarjeta Konus para poder entrar de forma gratuita a la piscina de Sasbachwalden. La piscina está a pocos pasos de la oficina.

Precios
Precio niños de 4-15 años 2€
mayores de 16 años 3.20€
Menores de 3 años y tarjeta "Konus" gratis


  El recinto cuenta con tres piscinas, una de niños pequeños, otra con algún que otro tobogán para niños más grandes, y la última donde estaban dando clases de natación para los peques. Además también tiene un bar, vestuarios con duchas, trampolines de salto...

  Que deciros de esta piscina, está genial para hacer un descanso y relajarse un poco, se encuentra rodeada de vegetación, casas típicas alemanas y viñedos. Ya por el paraje merece la pena.


 Ya de lo más fresquitos y relajados, que cuando se viaja con niños es muy importante, seguimos la segunda parte del recorrido.

  Cruzamos la carretera principal de Sasbachwalden dirección al Kurpark, un parque de lo más salvaje a la vez que bonito. Se trata de senderos para pasear, bancos para sentarse e incluso alguna que otra tumbona para relajarse. No vemos mucha gente, solo alguien corriendo, leyendo un libro, o refrescándose los pies en el río.



 En algunos claros aparecen casas típicas alemanas de lo más coquetas.


 Después nos vamos hasta la calle principal esta vez descendiendo. Hay un momento en que vemos una heladería a la izquierda y una carnicería a la derecha. Entre estos dos edificios hay un cartel que pone " Schnapsbrunnen" que es algo así como una fuente de licor.

 Esto es algo que solo se da en esta región y por lo que vimos, bastante típico en Sasbachwalden, ya que nos encontramos con varias durante el camino. Se trata de una especie de pozo de agua fría donde se ponen botellas de vino, licores y aguardiente, y echando 1€ en una pequeña hucha, puedes coger un vasito y degustar el que más te apetezca. Nosotros probamos el licor de cereza, el mismo que usan para hacer la famosa tarta Selva Negra.

 Ya un poco contentillos por el licor recorrimos dos pequeñas calles, "Engelweg" y "Königstrainstrasse", donde se concentran una serie de casas con fachadas de entramado de madera muy muy bonitas.



 Así llegamos nuevamente hasta el aparcamiento de nuestra autocaravana, no sin antes entrar en alguna que otra tienda de souvenir donde podemos ver el sombrero típico de la Selva Negra.

  Luego almorzamos y nos preparamos para el segundo recorrido que nos había gustado de los que cogí por la mañana en la oficina de turismo, pero esta vez con el vehículo.


Ruta hasta la carretera panorámica de la Selva Negra (B500) con curiosidades de Sasbachwalden
 Atravesamos por la carretera principal todo el pueblo de Sasbachwalden, dirección a la oficina de turismo, y llega un momento en que nos encontramos una gran curva. Pues pasada esta curva, a mano izquierda dejamos en una pequeña explanada la autocaravana.

 Cerca del aparcamiento hay un barrica de vino gigante y una pequeña cancela que da a más barricas que están acondicionadas como alojamientos.

  No sabemos si la entrada está prohibida solo a vehículos o a toda la persona ajena, pero la verdad es que nos colamos, y es que no me puedo quedar con semejante curiosidad de ver estos alojamientos más de cerca.

  La verdad es que no sé como tiene que ser pasar una noche aquí, en medio de la nada, pero las vistas son increíbles.


Después caminamos por un sendero paralelo a la carretera (lado derecho) dirección a la curva cerrada, allí se encuentra "Straubenhöf-Mühle", un antiguo molino muy pintoresco. Incluso tiene mesas y sillas de madera donde podemos comer algo o descansar un rato, aunque con el calor que hace no apetece mucho.

  Justo enfrente, en la misma curva, hay una gran casa de madera que creo que era una especie de alojamiento, pues en uno de los laterales, en la zona más interna, hay otra fuente de licor, pero no me pareció tan bonita que la que habíamos visto en Sasbachwalden

 Volvemos a la caravana y ponemos rumbo al hotel/restaurante "Spinnerhof", para lo cual solo tenemos que seguir la carretera un poco más y nos lo encontramos a mano derecha. Por el camino hay algunos puntos panorámicos donde vemos coches parados para hacer fotos de la zona del valle.

  ¿Pero, porqué vamos al restaurante Spinnerhof?, pues es que, según nos han dicho en la oficina de turismo, es famoso por ser el lugar donde ofrecen la tarta Selva Negra más alta de toda la región, ¡de 20cm de altura y siete capas de crema!, y con lo golosos que somos no podemos dejar de probarla.

 Pedimos un trozo, porque como os podéis imaginar, son enoooormes, y la verdad es que creía que iba a ser más empalagosa, pero para nada. Tiene una textura muy suave, eso sí, te tiene que gustar la mezcla de dulce con licor, porque el sabor a licor de cerezas es intenso.

  El restaurante tiene una terraza exterior donde se está muy agustito. Desde ella vemos una pequeña capilla donde algunas familias suben para visitarla, pero con el calor que hace, a nosotros no nos apetece mucho.

 Volvemos a la autocaravana para esta vez tomar la carretera B500, la que llaman carretera panorámica de la Selva Negra, que nos va llevar hasta el lago Mummelsee, pero eso ya os lo contaré en el próximo capítulo...



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