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Visita a Split y las Murallas de Ston


Publicado
24/06/2019


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 Split es la ciudad principal de la región de Dalmacia, y la escogida, allá por el año 305, por el poderoso emperador Diocleciano para construir su villa de campo y pasar allí el resto de su vida. Por lo tanto, os podéis imaginar el rico centro histórico que nos vamos a encontrar en esta ciudad, declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1979.

Hoy se nos hace un poco más tarde, y es que los días anteriores de nuestro recorrido por Croacia ya están pasando factura, y a eso de las 10h salimos de nuestro apartamento en Split para conocer la ciudad. Como ya habíamos hecho el check-out de nuestro apartamento, tuvimos que retirar el coche de aparcamiento gratuito que nos había cedido el dueño del alojamiento.

  Ya en nuestro vehículo ponemos rumbo al primer punto que vamos a visitar en la ciudad de Split, y que mejor manera de empezar a conocer la ciudad que viéndola desde las alturas.


Mirador del Marjan
 Este mirador no lo teníamos apuntado en nuestro recorrido por Split, pero el dueño del apartamento en que nos alojamos insistió en que merecía la pena ver la ciudad desde aquí, y la verdad que no se equivocaba, las vistas son asombrosas.

  Nos costó un poco llegar porque había varias calles en obras, el gps se volvió un poco loco, pero al final aparcamos en una calle cercana de forma gratuita y buscamos a pie el inicio de las escaleras (las tenéis señaladas en el mapa de más arriba). Dichas escaleras se encuentran al comienzo de calle Marasovića, en la parte más cercana al mar (también podéis poner en el gps Marjan hill stairs).
  Ahora toca subir y subir varios tramos de escaleras hasta que llegamos a un restaurante, cerca del cual, hay un balcón donde se puede ver Split a nuestro frente. La mejor manera de recuperar el aire que hemos perdido en la subida.

 Después de disfrutar de estas vistas y realizarnos las fotos de rigor, volvemos a nuestro coche para dirigirnos esta vez al centro histórico.
  Seguimos nuestro camino siempre paralelo al paseo marítimo hasta que llegamos a una rotonda, enfrente de la cual está la Plaza de la República. Allí vemos un parking al aire libre donde dejamos nuestro coche para conocer la ciudad (55 kunas por unas 3.30h).


Plaza de la República (Trg Republike)
 Se trata de una plaza bastante vistosa por su color rojizo que se construyó en el siglo XIX inspirándose en la Plaza de San Marcos de Venecia.
  Esta plaza se encuentra rodeada de edificios neo-renacentistas con arcos, que hoy día albergan una gran variedad de restaurantes, tiendas y además sirve como escenario para diferentes eventos culturales.


Mercado del Pescado
 Desde la Plaza de la República, en pocos pasos nos encontramos en el Mercado del Pescado de Split.
  A la hora que llegamos, sobre las 11.30h, ya había poco ambiente, y es que ya quedaba poco pescado por vender. Ya se sabe, para comprar pescado hay que madrugar.
 Este mercado de estilo Art Nouveau tiene más de 120 años, ¡la de historias que nos podrían contar sus paredes!. Como curiosidad os diremos que es un mercado donde no encontraremos moscas, y es que el olor a azufre que emite un balneario cercano no deja que se acerquen.

Plaza del Pueblo de Split (Pjaca)
 Esta plaza se encuentra justo antes de adentrarnos en el Palacio Diocleciano, y fue la primera parte habitada por familias nobles fuera de los limite de este palacio. Por lo tanto, la Plaza del Pueblo se encuentra rodeada de majestuosos edificios pertenecientes a estas familias adineradas.

  Aquí nos encontraremos varias cafeterías y restaurantes que hacen que la plaza esté de lo más animada. Además, otros edificios de interés son el antiguo Ayuntamiento y el reloj de la ciudad.

  Split es una de las ciudades más turísticas de Croacia y eso sí que lo notamos. Se acabó el pasear por calles solitarias como hemos estado haciendo en lugares como Varazdin o Sibenik, aquí tendremos que hacernos hueco entre los grupos de turistas que vienen a ver esta maravillosa ciudad.
  Dejando atrás la plaza del pueblo, nos adentramos ya en la zona más visitada de Split

Palacio Diocleciano
 Como os dijimos al comienzo de este artículo, este palacio fue construido como encargo del emperador romano Diocleciano entre los siglos III y IV d.C, para pasar aquí el resto de su vida cerca del mar Adriático tras su abdicación.

  La visita al palacio en un comienzo puede confundir porque uno espera encontrarse un edificio, pero no, se trata de una gran fortaleza que sirvió como ciudad fortificada en los siglos posteriores, y donde vamos a encontrar los principales monumentos del centro histórico de Split.

  Al entrar veremos estrechas calles donde se mezclan tiendas de souvenir, cafeterías, restaurantes y la oleada de turistas, sobre todo por la mañana, ya que es la hora en la que desembarcan los cruceros en Split y todos vienen a visitar el palacio. Dentro del recinto vamos a disfrutar de;


Puertas de acceso
 Para acceder a la zona del palacio nos encontramos cuatro puertas, cada una orientada a un punto cardinal. Estas son
  la puerta de oro, que fue por donde entró el emperador Diocleciano por primera vez al palacio, la puerta de plata, la puerta de hierro y la puerta de bronce, que según se piensa estaba bañada por el mar.


Catedral de San Duje
  Esta catedral era en realidad el mausoleo del emperador Diocleciano, no fue hasta el siglo VIII que se convirtió en catedral. Lo que más destaca del edificio es la puerta de nogal del 1214 tallada por un artista de Split donde se representan escenas de los evangelios.

  Muy a nuestro pesar, cuando llegamos a la catedral nos la encontramos recubierta de andamios y es que se encontraba en periodo de restauración, así que no la pudimos visitar. Nos habían recomendado subir a su campanario desde donde, según cuentan, se tienen unas bonitas vistas de la ciudad antigua de Split...¡Otra vez será¡.
Horario
Lunes a Sabados
08:00 a 19:00
Domingos
12:30 a 18:30


Templo de Júpiter
 Este templo fue construido entre el 295 y el 305 siendo parte del Palacio Diocleciano de Spli, y como su nombre indica, dedicado al Dios Júpiter. Posteriormente, en el siglo VII, el templo se convirtió en un baptisterio.

  En el exterior del templo llama la atención una entrada ricamente decorada y una esfinge de granito que Diocleciano trajo de Egipto. En su interior, al que podemos acceder pasando primero por caja, podemos ver la figura de San Juan Bautista. La verdad es que el interior del templo no nos impresionó demasiado, nos gustaron más los exteriores.

  Según leímos hay una entrada conjunta para la Catedral y el templo de Júpiter de la que os podéis informar en la taquilla de la catedral.


Plaza central (Peristilo)
 Es un gran recinto rodeado de columnas donde nos encontramos a un lado la catedral, en el opuesto la calle que da al Templo de Júpiter, y de frente las escaleras que nos llevan hasta los sótanos del palacio. Esta plaza es muy fotogénica y uno de los lugares más atractivos del Palacio Diocleciano. Aquí nos topamos con croatas vestidos de romanos buscando al turista que se quieran fotografiar con ellos. Debajo de las columnas hay cojines donde te puedes sentar a tomar un té o café, que según nos dijeron, merecía mucho la pena al atardecer, cuando hay menos turistas y la plaza comienza a iluminarse.

Escultura de Gregorio de Nin
  Ya fuera del Palacio Diocleciano, saliendo por la puerta de oro llegamos a una especie de parque donde se encuentra la famosa escultura de Gregorio Nin, que ya habíamos visto una copia el primer día de nuestro recorrido por Croacia en Varazdin, pero esta era muchísimo más grande e imponente.

  Gregorio Nin era un obispo croata de la Edad Media que luchó por introducir el croata en los servicios religiosos. A los pies de su escultura nos encontramos un grupito de turistas haciendo cola para hacerse la foto con él y tocarle el dedo porque, según dicen, da suerte. El dedo está de otro color de tanto toqueteo y como no, allí estábamos nosotros también tocándole el dedo por si acaso, no nos queríamos quedar sin nuestra parte de suerte.


Subterráneos del Palacio Diocleciano
 Estos subterráneos o sótanos del Palacio Diocleciano de Split pertenecen a la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1979 por ser unos de los complejos de la época mejor conservados del mundo. En la época del emperador, estos sótanos eran utilizados como almacén, teniendo luego a lo largo de los años diferentes usos. En la época medieval esta zona se cubrió de basura, y según leímos, gracias a eso se ha conservado en tan buen estado hasta nuestros días.

  Parte de estos subterráneos hoy día se encuentran ocupados por tiendas que venden joyas, perfumes, objetos artesanales y toda clase de souvenir. Es un espacio muy agradable y la iluminación le añade un punto de misterio.

  Tras la visita a la zona más antigua de Split nos disponemos a buscar un lugar para almorzar, tampoco nos esmeramos mucho en la búsqueda ya que mi peque vio un fish & chips y ya no quería almorzar otra cosa, así que como se estaba portando tan bien, habría que complacerla.

  Después del almuerzo nos toca pasear por la Riva o paseo marítimo que estaba muy animado, con las terrazas a tope.



 Pero ya es hora de abandonar Split y ponernos en camino hacia Obernai, nuestro próximo destino y donde pasaremos la noche. Es el tramo de carretera más largo que vamos a realizar, de unas 3h de duración, en el que nos vamos a encontrar dos pasos fronterizos, ya que en el camino pasaremos por un pequeño trozo de territorio que da al mar y que pertenece a Bosnia, es decir, que tendremos que salir de Croacia, entrar en Bosnia, para volver a salir al país croata. En esta frontera tan solo nos pidieron el DNI y no encontramos nada de espera. Seguimos por una carretera panorámica, con vistas al mar donde se sucedían los islotes y el azul intenso del mar.

  Para que el camino no se hiciera tan largo decidimos hacer una para en Ston, localidad famosa por encontrarse aquí una muralla defensiva a la que se conoce como la "Muralla China Europea", la segunda muralla más larga de Europa. Estas murallas van desde Mali Ston a Ston.
  Llegamos y a los aparcamientos que hay a los pies de las murallas y dimos un paseo por el pueblo que tiene poco que ver ya que es bastante pequeño y además se encontraba la mayor parte en obras.

 Las murallas se pueden recorrer a pie pero vimos que el camino era bastante empinado y con el calor que hacía no lo íbamos a disfrutar mucho, así que seguimos nuestro camino.

  Llegamos sobre las 19 h a nuestro alojamiento de Obernai (toda la información en organización del viaje), un apartamento sencillo y cerca de la salida de los ferrys, cosa que nos venía muy bien para el próximo día, nuestra intención es visitar la isla de Korcula, según dicen, una de las más bellas de Croacia...mañana lo comprobaremos.




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