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Moto de Nieve y Campamento de Auroras Boreales

Publicado
3/05/2020
 Después de un largo viaje en tren, en el llamado Santa Claus Express, llegamos sobre las 11:00h de la mañana a Laponia, más concretamente a Rovaniemi, la ciudad de Papá Noel.

  La estación de trenes de Rovaniemi es pequeñita y allí mismo nos está esperando nuestro coche de alquiler (toda la información en organización del viaje, abajo tenéis el botón que accede al diario completo), que nos lo tienen en marcha+ y con la calefacción puesta, todo un detalle.

  Con todas las maletas ya cargadas en el coche nos dirigimos al centro de Rovaniemi, dirección a la oficina de Lapand Safaris, compañía con la que hemos alquilado la ropa de abrigo que vamos usar durante nuestra estancia. La oficina se encuentra cerca del famoso puente de Rovaniemi.


 Con el coche ya a rebosar, con cinco personas en su interior, más cinco maletas, más los monos térmicos, botas y todo el equipamiento que nos han proporcionado, nos dirigimos a hacer nuestra primera actividad que tenemos contratada aquí en Laponia, montar en moto de nieve.

  La actividad la reservamos con Arctic Circle Snowmobile Park desde España directamente en su web. La oficina se encuentra dentro del poblado de Papá Noel, y además de motos de nieve para adultos, también tienen un circuito en el exterior con motos para los niños.


 Para realizar la actividad, los niños tienen un horario de 10:00 a 15:30, durante este periodo se irán montando por orden de llegada, mientras que los adultos, a la hora de realizar la reserva, nos adjudicaron una hora en concreto, en nuestro caso, las 15:00h.

  Son las 14:00h cuando estamos entrando en la oficina de las motos de nieve para que mi niña realice su actividad. Para ello le pusimos un pantalón impermeable que llevamos en la mochila porque las motos están mojadas porque ha nevado un poco.

  La actividad consiste en conducir una pequeña moto de nieve por un circuito señalizado durante 10 minutos. Al principio nos pareció muy poco tiempo, pero cuando se puso a dar vueltas con el frío que hacía, la verdad que nos pareció más que suficiente.




 Cuando acaba mi peque su actividad, es nuestro turno, el de los adultos. Para ello formaron un grupo con más participantes y nos equiparon (incluido en la actividad) de la cabeza a los pies con el mono, botas, pasamontañas, casco....casi ni se nos conoce.


 En esta actividad los niños pequeños no pueden ir sentados en la moto de nieve, van en un trineo tirado por la moto del guía. Los peques también van equipados y con una manta de piel de algún animal que no permiten que pasen frío.

  Nosotros elegimos la actividad con motos de nieve de 30 minutos de duración, para ser la primera vez que íbamos a conducir estos vehículos nos parecía más que suficiente, pero existen muchos circuitos y diferente duración que podéis consultar en su web.


 Ya totalmente equipados, una guía nos da las explicaciones básicas para el manejo de la moto, y algo muy importante, el significado de varias señales que va a ir realizando con su brazo durante el camino para indicarnos cuando parar, acelerar o cuando pasamos un cruce.

  La verdad es que no esperaba mucho de esta actividad porque no soy muy amiga de los vehículos a motor, pero me encantó. El introducirte en el bosque nevado, viendo el atardecer de frente y paisajes de cuento es toda una experiencia.


   Para conducir la moto de nieve es imprescindible presentar un carnet de conducir en vigor. En cada moto pueden ir hasta dos adultos
  Después de subirnos la adrenalina, nos montamos en el coche esta vez con destino al que va a ser nuestro alojamiento durante esta semana. Ya os hablamos de él en el apartado de cómo organizar un viaje a Laponia de este diario.




  Nos instalamos rápidamente, una ducha y a esperar a nuestra siguiente experiencia, el Campamento de Auroras Boreales.

  Esta actividad la contratamos con Civitatis desde España antes de nuestro viaje. Consiste en que un guía nos adentra en el bosque en plena noche hasta un lugar sin contaminación lumínica, donde hay una especie de cabaña parecida a las típicas de los indios, y donde vamos a asar salchichas y nubes al fuego mientras esperamos que aparezca la deseada aurora boreal.




 Deciros que, aunque íbamos de los más preparados con nuestro trípode, batería de repuesto, cámara en su punto, no tuvimos suerte y no vimos la aurora boreal ni por asomo. Y es que aunque el cielo esté despejado, no siempre se produce, depende de la actividad solar, y por lo que vimos no había mucho ese día.

  Aunque ya sabemos que esta actividad no te garantiza ver la aurora boreal, la quisimos contratar por la experiencia de vivir una barbacoa en medio del bosque de noche escuchando historias sobre las luces de invierno.




 Pero ahora que ya hemos vivido la experiencia, nuestra opinión es que es una actividad totalmente prescindible. Debido al frío que hacía esa noche no aguantábamos mucho fuera disfrutando del cielo estrellado, acabamos todo el tiempo dentro del tipi junto al fuego comiendo salchichas, bebiendo té, y hablando entre nosotros de lo que echábamos de menos nuestra casa con calefacción. Quizás si hubiéramos visto esta noche la aurora mi opinión sería diferente, no lo sé.
   Para el resto de nuestra estancia contratamos la aplicación Aurora Alert, que en caso de producirse la aurora boreal te envían una alerta al móvil mediante un mensaje y un correo electrónico. Puedes estar tranquilo cenando o incluso irte a la cama que cuando se produzcan, la aplicación te avisará.
  Esta temporada 2020 el precio es de 1 día 6.95€, 2 días 11.95€ y tres días 14.95€
 Si no queréis contratar la excursión Campamento de Auroras Boreales, para ver las luces del norte basta con alejaros un poco a un lugar donde haya poca contaminación lumínica, que el cielo esté despejado, que haya actividad solar, y algo muy importante.....mirar hacia el norte y esperar a que haya suerte.

  También existe una aplicación gratuita llamada Aurora en la que podéis consultar gratuitamente la probabilidad de auroras en el lugar donde os encontráis.

  Nosotros ya nos vamos a nuestra casa en Laponia a descansar. Aún nos quedan más posibilidades para ver la auroras, así que aún tenemos esperanza. ¿La veremos?




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