Ir al contenido principal

Fin de año en Basilea


Publicado
08/01/2018


 Llegamos a Basilea sobre las 17.30h de la tarde y nos fuimos directamente al hotel (más información en preparativos del viaje) para descansar, nos habíamos levantado muy temprano y todavía quedaba la noche que iba a ser muy larga.

  Para cenar teníamos reserva a las 21h en un restaurante italiano llamado Da Roberto, al lado de la estación central, cuya reserva la hicimos a través de su página web desde casa. No nos queríamos arriesgar a no encontrar sitio donde cenar el día de nochevieja.

  El hotel, al hacer el check-in, nos regaló unas tarjetas para usar el transporte público de forma gratuita durante nuestra estancia, así que las usaríamos para llegar hasta el restaurante.

  A las 20h estábamos ya arreglados dispuestos a irnos a cenar. A pocos pasos del hotel y cerca de la puerta Spalentor, estaba la parada del tranvía, tomamos el n. 30 que nos llevó hasta la estación central en 5 minutos, y desde allí fuimos al restaurante a pié que estaba a unos 100 metros.

  Llegamos mucho antes de las 21h, sobre las 20,30h, pero como en la zona no hay mucho que ver decidimos hablar con el restaurante a ver si podíamos adelantar la reserva. Entre nuestro spaninglis y el italiano/francés del camarero, más nuestras caras de “¡por favor, apiádate de nosotros¡” no nos pusieron pegas y pasamos a cenar.

  La cena estuvo muy bien, la comida bastante buena a la carta y el servicio muy atento. Pagamos 32€ por cabeza un plato, bebida y el postre, que para ser fin de año y Suiza no nos pareció nada mal.
  Después de la cena volvimos a tomar el tranvía esta vez hacia la catedral ya que a las 23.30h había un concierto en su plaza principal.

  El concierto la verdad que nos pareció un poco monótono, nosotros estamos acostumbrados a música navideña más movida..jaja pero era una buena forma de entretenerse mientras llegaban las ansiadas 00.00h de la noche.

  La plaza cada vez estaba más llena y cuando faltaban pocos minutos para la media noche veías a grupos de personas cada una con su ritual para empezar el año, unos en círculo agarrados de las manos, otros con copas llenas de champán, y nosotros con unos paquetes de doce uvas de gominolas y la aplicación en el móvil con las campanadas.

  Cuando la aplicación empezó a sonar, allí que empezamos a comernos nuestras “uvas” y a las 00.00h en punto empezaron a sonar las campanas de la catedral y de todas las iglesias cercanas. Fue un momento inolvidable.

  De allí nos dirigimos a la calle Rheinsprung que da al río donde veríamos los fuegos artificiales que empezaban a las 00.30h
  Para ver las actividades que se llevan a cabo durante esta noche y el horario podéis consultar la página de la oficina de turismo de Basilea.
  A las 00.30h en punto comenzó el gran espectáculo pirotécnico, que no pudimos terminar de ver porque comenzó a llover intensamente y nos fuimos a la carrera hasta el hotel que se encontraba cerca.
  Los fuegos duraron 25 minutos.



Siguiente día