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10 Razones para visitar Tánger

Publicado
22/01/2020
 Tánger es una de las ciudades más turísticas del norte de Marruecos. Su situación geográfica, a caballo entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, ha contribuido a que sea una ciudad muy cosmopolita, pasando por estas tierras diferentes culturas, nacionalidades, religiones y lenguas.

  Además, Tánger a inspirado a artistas, se ha hecho famosa en el cine, ha servido de musa para poetas...vaya, que no hay excusas para venir a conocer Tánger, pero por si fuera poco, os vamos a dar 10 razones para viajar a esta ciudad marroquí.

1. Recorrer su Medina

 Como en todas las ciudades de Marruecos que estamos visitando, la Medina es de paso obligado, y aquí en Tánger no es para menos.

  La Medina está formada por un laberinto de calles donde nos mezclaremos con sus habitantes, además de los numerosos turistas que la visitan cada año. Aquí veremos varios vestigios de las diferentes civilizaciones que han pasado por esta ciudad.

2. Tomar un té en el Café Hafa

 Se trata de un café bastante famoso en Tánger que fue fundado, según podemos leer en su puerta, allá por el año 1921. En este café se han dado cita a lo largo de los años numerosos famosos y artistas que venían buscando en sus maravillosas vistas inspiración para sus obras.
  Y es que es una gozada tomarse un auténtico té marroquí divisando el mar, el estrecho de Gibraltar y las costas españolas.

3. Visitar la terraza del hotel Continental

 Fue la primera imagen de Tánger que nos encontramos antes de atravesar sus murallas. El Continental es un hotel del siglo XIX que nos va a llevar hasta la época dorada de Tánger internacional.

  Últimamente sus visitas se han visto incrementadas por los turistas, no sólo para admirar las bonitas vistas de Tánger desde su terraza, sino por haber servido de escenario para la famosa serie "El tiempo entre costuras".

4. La Kasbah
 La Kasbah o ciudad vieja se encuentra separada de la Medina por unas grandes murallas y se encuentra situada en la zona más alta de la misma. Para acceder a ella tendremos que subir y subir, siendo recomendable hacerlo por las calles de la Medina. Se trata de una ciudadela fortificada desde donde se tienen unas bonitas vistas del puerto y la bahía de Tánger.
  Aquí podemos ver suntuosas mansiones, el Palacio del Sultán o el Museo de artes marroquí entre otros.

5. Adentrarse en la Cueva de Hércules

 A unos 14 kilómetros de Tánger y en su línea costera nos encontramos una serie de grutas a las que llaman las Cuevas de Hércules.

  Esta cueva tiene dos aberturas, una desde la tierra, que es por donde nosotros accedemos, y otra desde el mar, donde dicen que mirándola justo de enfrente, podemos ver el continente africano.

  Según cuenta la leyenda, el Mismísimo Hércules pasó aquí una noche tras un largo viaje en el que realizó uno de sus trabajos, incluso se dio un baño en las aguas del Mediterráneo.

  Las cuevas de Hércules son una de las atracciones turísticas principales de la ciudad de Tánger.

6. Vistas al Cabo Espartel

 Otra visita indispensable si nos encontramos en Tánger es al Cabo Espartel situado a pocos kilómetros de la ciudad. Aquí podremos ver cómo confluyen las aguas del Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico, además de disfrutar de maravillosas vistas y poder caminar por senderos en un entorno espectacular.

7. Disfrutar de la gastronomía marroquí.

 Además de hacer turismo por la ciudad, algo imprescindible si viajamos a Tánger es disfrutar de su gastronomía. Hay una gran variedad de restaurantes donde comer comida casera y muy económicos. Una cosa a tener en cuenta es que en la mayoría de ellos no sirven alcohol, y si lo hacen, el precio suele ser elevado.

  Los viernes es el día del cuscús, por lo que es un buen momento para probar uno de los platos más típicos de Marruecos.

  A las afueras de Tánger también podemos comer en ventas donde la especialidad son las carnes. Estas se encuentran expuestas, eligiendo nosotros la pieza que queremos que nos cocinen a la parrilla.

 Pero si sois golosos como nosotros, también hay que hacer un alto en sus pastelerías donde la miel y los frutos secos hacen combinaciones exquisitas. Algunas de estas pastelerías incluso las encontraremos con alguna que otra abeja merodeando entre los dulces.

8. Practicar el regateo
 Cuando nos adentramos en el centro de Tánger nos encontramos con el gran zoco, un lugar bullicioso donde va a ser inevitable que realicemos algunas compras. En este zoco encontraremos una gran variedad de artículos, ropa, comida..., incluso podemos encontrar piezas únicas. Pero claro está, si queremos comprar algo tendremos que practicar la técnica del regateo. Técnica que es todo un arte donde tenemos que intentar conseguir el mejor precio del artículo que queremos comprar.

9. Admirar las mezquitas
 Las mezquitas son los edificios más representativos de la ciudad de Tánger, siendo verdaderas joyas de la arquitectura religiosa local. Cinco veces al día escucharemos la llamada al rezo que marcará el ritmo de los habitantes de la ciudad.
  A las mezquitas no está permitida la entrada a turistas, pero ver sus edificios y el entrar y salir de sus habitantes ya merece la pena para entender un poco más sus costumbres. Una de las mezquitas que destacan es Jamaa El Kebir, construida por el Sultán Moulay Ismail en el siglo XVIII.

10. Posibilidad de excursiones desde Tánger
 Pero si tenemos más tiempo para visitar Tánger, también podemos realizar alguna excursión a ciudades cercanas y con mucho encanto. Tetuán, a la que llaman la "Paloma Blanca", Chefchaouen, la "Perla Azul" o mucho más cercana Asilah, una pequeña ciudad costera que ha enamorado a artistas y poetas.