Publicado
27/12/2025
27/12/2025
Nos levantamos temprano en nuestro alojamiento el Hotel Römerhof donde hemos dormido de lujo. Hoy es un día muy esperado de nuestro viaje ya que vamos a conocer dos lugares con unas vistas impresionantes, la carretera panorámica Grossglockner, considerada una de las carreteras más bonitas del mundo, y el Puente de Opererhütte, un trekking con unas vistas de vértigo.
Pero nuestra alegría se esfuma cuando abrimos las cortinas de nuestra habitación y vemos que está lloviendo y hay una niebla bastante intensa. Esperemos que vaya desapareciendo para que nos deje al menos ver algo en el día de hoy.
Nuestro Hotel Römerhof se encuentra en el pueblo de Fush an der Grossglocknerstrasse, puerta de entrada de la carretera panorámica Grossglockner. Esta carretera se comenzó a construir en 1930, donde 3.200 personas trabajaron en realizar durante cinco años una de las carreteras alpinas más bonitas del mundo, la segunda atracción turística más visitada de Austria.
Grossglockner, por lo que habíamos leído, es una visita imprescindible de cualquier recorrido por Austria. Se trata de una carretera de unos 48 km que se adentra en el Parque Nacional Hohe Tauern donde se encuentra el pico más alto de Austria y el glacial Pasterze. Pero esta carretera solo se encuentra abierta de mayo hasta finales de octubre, y dependiendo del mes, puede cambiar el horario de apertura, por lo que antes de visitarla es conveniente revisarlo en su página web.
La carretera Grossglockner une el pueblo de Fusch an der Grossglocknerstrasse (donde nosotros nos encontramos) con Heiligenblut, y se puede recorrer en ambos sentidos. Aunque son apenas 48 kms, es carretera de montaña, con curvas y con alrededor de 12 miradores donde hacer paradas, por lo que para disfrutarlo lo mejor es dedicarle todo el día y hacerlo con tranquilidad.
Para recorrer la carretera Panorámica Grossglockner hay que pagar un peaje que no es precisamente barato. El precio se paga por vehículo siendo la friolera de 46€ por coche, reduciéndose a 36,50€ para visitas después de las 18h. Lo bueno que tiene nuestro alojamiento es que por pasar la noche, a los huéspedes les entregan un QR que te permite hacer el recorrido de la carretera Grossglockner de forma gratuita, es una de las razones por las que elegimos este hotel.
Llegamos al control de peaje a eso de las 10h de la mañana donde, después de leernos el QR que nos dieron en el hotel, nos entregan un libro que cuenta la historia de la construcción de la carretera Panorámica Grossglockner, y un mapa donde vienen señalizados todos los puntos que ver a lo largo del recorrido.
Comenzamos a subir pero el día continúa bastante cerrado. Vamos despacio a ver si al menos la niebla levanta un poco y nos deja ver algo. En el recorrido llegaremos a una altura de 2.571 metros sobre el nivel del mar y podremos observar el pico Grossglockner de 3.798 metros, el más alto del país, y un glacial.
Pero nuestra alegría se esfuma cuando abrimos las cortinas de nuestra habitación y vemos que está lloviendo y hay una niebla bastante intensa. Esperemos que vaya desapareciendo para que nos deje al menos ver algo en el día de hoy.
Nuestro Hotel Römerhof se encuentra en el pueblo de Fush an der Grossglocknerstrasse, puerta de entrada de la carretera panorámica Grossglockner. Esta carretera se comenzó a construir en 1930, donde 3.200 personas trabajaron en realizar durante cinco años una de las carreteras alpinas más bonitas del mundo, la segunda atracción turística más visitada de Austria.
Grossglockner, por lo que habíamos leído, es una visita imprescindible de cualquier recorrido por Austria. Se trata de una carretera de unos 48 km que se adentra en el Parque Nacional Hohe Tauern donde se encuentra el pico más alto de Austria y el glacial Pasterze. Pero esta carretera solo se encuentra abierta de mayo hasta finales de octubre, y dependiendo del mes, puede cambiar el horario de apertura, por lo que antes de visitarla es conveniente revisarlo en su página web.
La carretera Grossglockner une el pueblo de Fusch an der Grossglocknerstrasse (donde nosotros nos encontramos) con Heiligenblut, y se puede recorrer en ambos sentidos. Aunque son apenas 48 kms, es carretera de montaña, con curvas y con alrededor de 12 miradores donde hacer paradas, por lo que para disfrutarlo lo mejor es dedicarle todo el día y hacerlo con tranquilidad.
Para recorrer la carretera Panorámica Grossglockner hay que pagar un peaje que no es precisamente barato. El precio se paga por vehículo siendo la friolera de 46€ por coche, reduciéndose a 36,50€ para visitas después de las 18h. Lo bueno que tiene nuestro alojamiento es que por pasar la noche, a los huéspedes les entregan un QR que te permite hacer el recorrido de la carretera Grossglockner de forma gratuita, es una de las razones por las que elegimos este hotel.
Llegamos al control de peaje a eso de las 10h de la mañana donde, después de leernos el QR que nos dieron en el hotel, nos entregan un libro que cuenta la historia de la construcción de la carretera Panorámica Grossglockner, y un mapa donde vienen señalizados todos los puntos que ver a lo largo del recorrido.
Comenzamos a subir pero el día continúa bastante cerrado. Vamos despacio a ver si al menos la niebla levanta un poco y nos deja ver algo. En el recorrido llegaremos a una altura de 2.571 metros sobre el nivel del mar y podremos observar el pico Grossglockner de 3.798 metros, el más alto del país, y un glacial.
A lo largo de la carretera encontraremos 12 puntos que tenemos señalizados en el mapa donde podemos ir parando y disfrutando de las vistas, exposiciones, naturaleza y puntos fotogénicos. El problema es que cuanto más subimos, más densa se va haciendo la niebla, hasta llegar a un punto donde no se ve absolutamente nada, por lo que decidimos parar el coche y esperar a ver si mejora el tiempo.
Ya son cerca de las 12h y el clima no hace más que empeorar, así que con todo el dolor de nuestro corazón, decidimos dar la vuelta sin haber visto absolutamente nada. Pensamos que sería buena idea ir al siguiente punto de nuestro recorrido por Austria, el trekking que nos va a llevar al Puente Opererhütte.
Después de 2.30h de camino en coche, más una parada para comer algo rápido en un KFC, llegamos sobre las 16h a la población de Mayrhofen, el pueblo más cercano al inicio de la ruta.
El Puente Colgante Olperhüte lo descubrimos por fotos en redes sociales y en seguida nos enamoramos de sus vistas. Se trata de un puente de lo más fotogénico por sus vistas al embalse Schlegeis Stausee y por el entorno tan bello en el que se encuentra, en el refugio de montaña Olperhüte a 2.338 metros de altura, en el Valle Zilertal.
Ya son cerca de las 12h y el clima no hace más que empeorar, así que con todo el dolor de nuestro corazón, decidimos dar la vuelta sin haber visto absolutamente nada. Pensamos que sería buena idea ir al siguiente punto de nuestro recorrido por Austria, el trekking que nos va a llevar al Puente Opererhütte.
Después de 2.30h de camino en coche, más una parada para comer algo rápido en un KFC, llegamos sobre las 16h a la población de Mayrhofen, el pueblo más cercano al inicio de la ruta.
El Puente Colgante Olperhüte lo descubrimos por fotos en redes sociales y en seguida nos enamoramos de sus vistas. Se trata de un puente de lo más fotogénico por sus vistas al embalse Schlegeis Stausee y por el entorno tan bello en el que se encuentra, en el refugio de montaña Olperhüte a 2.338 metros de altura, en el Valle Zilertal.
La ruta comienza en el embalse Schlegeis, donde hay un gran parking gratuito para dejar el coche y continuar el camino a pie. Pero para llegar al embalse hay que recorrer una carretera alpina que parte desde la población de Mayrhofen. Unos 13 km que tienen un peaje y nos cuesta 18€ por coche. Hay que tener en cuenta que esta carretera sólo se encuentra abierta desde mayo hasta finales de octubre.
Una vez aparcado el coche en el parking n.2 que se encuentra frente al comienzo del sendero, iniciamos la ruta que nos lleva hasta el puente Opererhütte. Nosotros seguimos la ruta 502, un sendero de unos 3km, con un desnivel de unos 600 metros, donde se combina un primer tramo de escaleras, con tramos bastante escapados donde caminamos sobre las rocas. En cuanto comenzamos a subir, las vistas que aparecen ante nosotros son una auténtica maravilla.
Esta ruta hacia el puente de Opererhütte es bastante concurrida y por el camino nos vamos encontrando bastante gente. La mayoría equipados con bastones de senderismo, algo que nos hubiera gustado haber tenido en cuenta, nos ayudaría bastante.
Después del primer kilómetro el sendero es cada vez más escapado y pendiente. Comienza a hacerse un poco dura la subida. Cuando llevamos 2 kilómetros, nuestras piernas comienzan a resentirse hasta que mi hija nos comenta que se ha hecho daño en el cuadrice, y no puede continuar, así que después de descansar un poco y viendo que va a ser imposible seguir, decidimos darnos la vuelta sin llegar al famoso puente, pero nos conformamos con las vistas que hemos tenido por el camino que han merecido mucho la pena.
Hoy ha sido un día bastante raro donde no nos ha acompañado la suerte y tenemos la sensación de que no ha sido demasiado productivo. Nos vamos hasta nuestro alojamiento de hoy, el Hotel Kramerwirt en la población de Mayrhofen, donde después de disfrutar de una fabulosa cena en el mismo hotel, nos fuimos a descansar deseando que mañana el día sea de más provecho.