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Chipping Camden, Bibury y Lacock. Tras los pasos de Harry Potter

Publicado
22/02/2020
 La primera visita en el tercer día de nuestro recorrido por los Cotswolds va a ser la localidad de Chipping Campden, un pequeño pueblo con mucho encanto, considerado por mucho como uno de los más bonitos de Inglaterra.

  Llegamos sobre las 10:00h de la mañana y a la entrada del pueblo comenzamos a encontrarnos unas edificaciones diferentes que aún no habíamos visto aquí en la campiña inglesa. Se tratan de unas casas con tejado de paja que cada vez están más desaparecidas, ya que estos techos están siendo sustituidos por los de pizarra, que son más fáciles de mantener. Pero con estos techos de paja las casas quedan preciosas.

 Y bajando un poco más, haciendo esquina se encuentra una casa, o más bien una mansión, que además de llamar la atención por su tejado de paja, destaca por sus jardines tan bonitos y cuidados. Para nosotros, la casa más bonita de Chipping Campden.

 Pero no es la única con preciosas zonas ajardinadas, nos encontramos con alguna más que llama nuestra atención por lo cuidado que tienen estos jardines, tiene que costar mucho mantener estas casas con apariencia tan perfecta, porque realmente son de revista.

  Para ver estas casas no hay mucha zona para aparcar, en algunos momentos dejamos el coche en algún saliente de la carretera por un momento para poder hacer nuestras fotos.

  Seguimos con el coche hasta que aparcamos en una calle cercana a la calle principal y desde ahí vamos a visitar Chipping Campden a pie.

  Chipping Campden poseía uno de los mercados medievales de lana más importantes de Europa, destacando en sus calles las suntuosas edificaciones construidas en piedra de los comerciantes de lana. A lo largo de su calle comercial, High Street, vamos a disfrutar de estas construcciones de piedra color miel pertenecientes a una época pasada de gran esplendor, pero que siguen conservando todo su encanto.


 A mediación de la calle se encuentra The Market Hall, un edificio con 400 años de antigüedad que ha servido durante todos estos años como sala de mercado donde se venden productos procedentes de los Cotswolds, como queso, mantequilla, aves....

  The Market Hall tiene una gran importancia histórica para Chipping Campden, convirtiéndose en todo un icono para la localidad. Hoy día aún sigue conservando su función comercial. Cuando llegamos vimos algunos comerciantes vendiendo cestas y alfombras.

 Justo enfrente de Market Hall se encuentra la oficina de turismo a la que entramos para que nos den un poco de información. Aquí nos recomiendan pasear por la calle Sheep Street y visitar la iglesia de Santa Catalina.

  Sheep Street es una calle de grandes cottages, restaurantes y alguna que otra tienda de artesanía, pero que no nos llama tanto la atención como su calle principal, así que no invertimos mucho en verla y nos dirigimos a la iglesia de Santa Catalina, situada al final de High Street.


 Esta iglesia tampoco tiene el mismo encanto que otras que hemos visto ya en nuestro recorrido por los Cotswolds. Es bonita, no lo negamos, pero le falta ese halo de misterio y la magia que hemos visto en las anteriores.

  Aquí damos por terminada nuestra visita a Chipping Campden para dirigirnos a uno de los pueblos al que también tenemos muchísimas ganas, y ese es Bibury.

Bibury
  Tardamos unos 40 minutos en llegar a Bibury y aparcamos cerca de la plaza central del pueblo de forma gratuita.

  Bibury es un pequeño pueblo de los Cotswolds, bastante turístico, y que fue descrito por William Morris como el pueblo más bonito de los Cotswolds. Sé que esta frase de "es el pueblo más bonito de Cotswolds" se repite bastante en este diario, pero es que son todos tan bonitos, que es normal que ni los mismos ingleses se aclaren. Si nosotros tuviéramos que elegir, también tendríamos varios favoritos para ostentar este título.

  Lo primero que hacemos en Bibury es acercarnos a la plaza principal para ver su iglesia, la cual está cerrada al público, por lo que nos conformamos con ver sus exteriores.

  Pero si hay un lugar aquí en Bibury que llama la atención de viajeros y curiosos ese es Arlington Row. Se trata de una hilera de casas pertenecientes al siglo XVI que se ha convertido en uno de los lugares más fotografiados de los Cotswolds . Y es que si buscáis Cotswolds en Instagram , seguro que os aparece alguna foto de estas casas.

  Así que con ayuda del GPS del móvil pusimos rumbo a pie a las famosas casas de Bibury, queremos ver con nuestro propios ojos si en realidad son tan bonitas como dicen.

  Tardamos tan solo unos cinco minutos a pie y ya comenzamos a ver pequeños grupos de turistas, así que el lugar no debe estar demasiado lejos.

  Bibury se encuentra atravesada por el río Coln, un afluente del Támesis, el cual tenemos que atravesar por un puente para llegar a la hilera de casas.

 Y ahí las tenemos frente a nuestros ojos, y la verdad que no decepcionan por muchas fotos que se hayan visto antes. Se trata de unas casas de lo más pintorescas. Son tan bonitas que parecen el decorado de una película o una postal. Lo único que rompe la magia es encontrarse bastantes turistas merodeando por la zona, pero esperando un poco y con paciencia, podemos sacar nuestras fotos.


  Es quizás aquí en Bibury donde hemos visto mayor turismo, sin ser algo agobiante, aunque pienso que en temporada alta la cosa debe ser bien distinta.

  Después de un largo rato admirando el entorno y sacando mil y una foto, nos vamos a nuestro último pueblo a visitar aquí en los Cotswolds, el que nos va a llevar tras los pasos de Harry Potter, que no es otro que Lacock.

Lacock
 Desde Bibury a Lacock tardamos aproximadamente una hora de camino. Una vez que llegamos, lo primero que hacemos es dirigirnos dirección a su abadía, el edificio más importante de la localidad, y uno de los más visitados de los Cotswolds, sobre todo, desde que sirvió de escenario de la película de Harry Potter

  La visita a la abadía de Lacock no consiste sólo en ver su claustro o las salas familiares interiores, en ella también vamos a poder pasear por extensos jardines, visitar un huerto de plantas aromáticas e incluso entrar al museo de Fox Talbot. 

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  La Abadía de Lacock fue fundada allá por el año 1232 para albergar un convento de monjas. En 1540 William Sharington adquirió la abadía y le hizo algunas reformas y construcciones nuevas como el patio y la torre vigía y fue habitada como casa particular. Finalmente en 1944 fue donada a la National Trust, una fundación nacional para conservar monumentos y lugares de interés en Reino Unido.
  Es un lugar bastante turístico, sobre todo visitado por fans de la película Harry Potter.

  Una vez que atravesamos las taquillas de la Abadía de Lacock lo primero que nos encontramos es el Museo de Fox Talbot, el hombre que creó el primer negativo fotográfico, y esto lo hizo aquí, dentro de la abadía. En este museo encontramos información acerca de este personaje.

  Seguimos caminando y vemos amplios jardines y de fondo, a lo lejos, la abadía de Lacock. El paraje ya de por sí merece mucho la pena para pasear y disfrutar de un día soleado por los alrededores.

 Por el camino nos encontramos con el huerto y jardín de rosas, pero como hacía frío y había estado la mayor parte del día lloviendo, lo vimos un poco triste, pero tiene que ser bonito verlo en primavera y verano en todo su esplendor.

  Al acercarnos a la abadía llegamos hasta un gran patio exterior adornado con un enorme árbol de Navidad donde están los baños y alguna cafetería.

  En el lateral de la abadía hay una bonita puerta de entrada con unas majestuosas escaleras que nos van a llevar a los claustros, las salas familiares, y donde se encuentra la ventana donde se tienen unas bonitas vistas de los exteriores y desde donde dicen que Fox Talbot hizo historia con su primer negativo.



  Pero al llegar una mujer nos dice que las salas interiores hoy no se pueden visitar porque están de limpieza. Pensamos que de estas cosas deberían avisar en taquilla al comprar las entradas, sin embargo no nos habían dicho absolutamente nada. Así que un poco defraudados nos fuimos hacia el claustro.

  El claustro es la zona más esperada por los visitantes de la abadía, y es que además de poder ver los restos de los claustros originales y las salas donde las monjas vivieron sus días, aquí fue donde se rodaron escenas de la famosa película Harry Potter. En alguna sala podemos ver fotos de las escenas de la película en mismo lugar donde se rodaron.


 Ya terminada la visita no podemos resistirnos a dar un paseo por los jardines y los exteriores del edificio de la abadía aprovechando que ha salido un poco el sol.



Horario Precios
De 11:00 a 16:00 Adulto 11.60£ Familias
32£
Niños 6.40£

Pero ahora nos toca dar un paseo por Lacock y ver un poco de este encantador pueblo, el cual ha servido de escenario para películas como Orgullo y Perjuicio y como ya os hemos dicho, Harry Potter.

  Lacock son tiendas con encanto, animados pubs, salones de té...todo en un entorno de casas de piedra creando un pueblo de lo más pintoresco.


 Justo en frente de la zona de venta de entradas de la abadía se encuentra el salón de té más famoso de Lakock, el llamado "The Stables" que pertenece a la National Trust. Nosotros no lo hemos podido probar porque hoy cierra por descanso. Muy cerca se encuentra el pub "The Red Lion" que sí se encontraba de lo más animado de locales bebiendo cerveza.

  Caminamos dejándonos llevar, sin prisa y disfrutando de cada tienda, y es que aquí en Lacock hay bastantes donde elegir para comprar un recuerdo para llevarnos a casa.

  En la puerta de algunas casas vemos mermeladas, dulces, incluso algunos recuerdos donde tú coges lo que te apetece y echas el dinero correspondiente, según una lista de precios, en una hucha.


 Por el camino nos topamos con la iglesia de San Ciriaco, una iglesia medieval bastante bonita, y aunque ya está comenzando a oscurecer, parece que eso la hace aún más bonita. 

 Cuando ya se hace totalmente de noche, volvemos al coche para dirigirnos a nuestro hotel en Bristol, justo enfrente del aeropuerto. Mañana hay que levantarse temprano para tomar el vuelo con destino a España. ¡Ay¡ la temida vuelta.

  Los Costwolds ha sido un destino que nos ha encantado, sus típicas casas, sus salones de té, su gente, su paz y tranquilidad, y sus pueblos que parecen sacados de un cuadro nos han enamorado. Nos vamos con la sensación de que volveremos porque nos hemos quedado con ganas de más. Esperamos que sea pronto...